Joanna, la madre de Sara se puso en contacto conmigo porque quería hacer una fiesta especial para su hija.
Pronto cumpliría 13 años y la adolescencia es una época difícil.
Dar con los gustos de una chica de esa edad puede ser algo complicado.
Primeras ideas
Al principio pensamos celebrar el cumpleaños al aire libre.
Quizá un parque, una terraza o un patio.
Pero la fiesta sería en octubre y resulta bastante arriesgado por el tema de la metereología.
En Barcelona en octubre no hace frío, pero sí que puede ser un mes lluvioso, por lo que no era buena idea.
Celebrar el cumpleaños en un parque es ideal, pero realmente puede ser problemático.
Si es un lugar donde hay zona de merendero, en general no suele haber ningún tipo de problema.
Pero si no es así, sí puede haberlos.
En teoría hay que solicitar permiso al ayuntamiento, pues se está ocupando zona pública.
Si no lo haces, te arriesgas a una multa.
Estoy de acuerdo, que ya es casualidad que venga la policía municipal, os vea celebrando el cumpleaños y justo os eche de allí, además de poneros una multa.
La posibilidad de que ocurra es muy ínfima.
Pero hay que tenerla en cuenta. Hay que pensar en todo.
Y esto arruinaría la fiesta.
Busquemos un lugar
Así que empezamos a pensar en lugares donde Sara pudiera celebrar sus 13 años.
Lo ideal era alquilar un local.
El precio del alquiler de un local para una fiesta de cumpleaños en Barcelona parte de los 150 €.
Suelen estar muy bien acondicionados. Normalmente tienen:
- Baños
- Futbolín
- Billar
- Son grandes
- Sofás
- Mesas
- Sillas
Algunos incluso tienen cocina, equipo de música e incluso consola de videojuegos.
A Joanna, la madre de Sara, no le pareció mal del todo, pero se comía la mitad del presupuesto que tenía pensado.
Lo ideal era algún bar o cafetería.
Pediríamos unas consumiciones con una merienda básica y pondríamos la decoración y el candy bar, también conocido como mesa dulce.
Encontramos tres sitios realmente bonitos que ofrecían muchas posibilidades.
Uno con una terraza y sillas de colores.
Permitía jugar con hacerlo al aire libre si hacía buen tiempo y además tener un plan B en caso de lluvia o viento.
Una cafetería súper cuki que haría las delicias de las chicas invitadas al cumpleaños, que tienen entre 12 y 13 años.
Un local de sandwiches con dos plantas, en la que la planta de arriba sería para nosotros.
Problemas con los espacios
A Joanna, la mamá de Sara, le encantaron estos tres lugares, al igual que a mí.
Pero nos daba ciertos problemas.
En el primer lugar, si querían estar ellas solas había que pagar 400 €.
Pero no era necesario, y se podía compartir el espacio con otros clientes.
Le estuvimos dando vueltas.
El local era bonito y la propuesta de menú para merienda estaba bien de precio.
Pero Joanna estaba pensando en que hubiera música y algunas actividades.
Aguantar a un grupo de unas 12 chicas adolescentes celebrando un cumpleaños cerca no es fácil.
A esas edades el volumen de la voz y de los gritos alcanza un nivel de decibelios sorprendente.
Así que pensamos que no era buena idea.
El segundo local era pequeño y el grupo ya lo llenaba prácticamente.
Era ideal por ser el más bonito y el más apropiado.
Pero lamentablemente ya no permiten celebrar cumpleaños allí.
Dicen que no les sale rentable y creo que tuvieron alguna mala experiencia en algún momento.
En el tercero, tampoco estaban muy seguros. El grupo podía estar allí sin problemas, pero no nos permitían poner música.
No lo acababan de ver claro.
Nos quedábamos sin opciones.
Actividades para la fiesta
En la fiesta de cumpleaños, además de comer y pasarlo bien juntos, Joanna pensaba en realizar alguna actividad.
Le propuse lo siguiente:
- Un room scape, separando el grupo en dos subgrupos
- Algún taller
- Una ginkana por Barcelona
- Una partida de láser tag
- Una partida de bolos
Lo cierto es que en una fiesta de cumpleaños de esa edad ya se pueden realizar muchas actividades que pueden ser muy divertidas para los chicos.
Pero Joanna pensaba en otra cosa.
“Algunas de estas opciones pueden ser muy divertidas para Sara y sus amigas, pero sé que a ellas les gustaría otra cosa”, me dijo.
Y entonces lo vio claro: Un karaoke.
Por lo visto, les gusta mucho cantar. Y eso iba a ser un éxito asegurado.
Así que nos pusimos manos a la obra para encontrar un karaoke que nos permitieran poner una mesa dulce bien bonita.
A cantar se ha dicho
Buscamos varias opciones, pero enseguida vimos que el Karaoke A Viva Voz cumplía con lo que estábamos buscando.
Tienen un local en Aribau y otro en Rocafort. Tienen buenas referencias, así que contactamos con ellos para ver qué posibilidades nos ofrecían.
Y esto fue lo que nos dijeron:
- Alquiler de todo el espacio.
- Compartir el local con otros clientes. Pica pica con 2 rondas de bebidas incluidas.
- 1 ronda de bebidas
Cerrar el local solo para el grupo disparaba mucho el precio, por lo que no era una buena opción.
El pica pica con las dos bebidas incluidas estaba muy bien. Además las siguientes bebidas salían más baratas.
Pero Joanna prefirió la opción de solo una ronda de bebidas. Una vez allí, iban a consumir más seguro, pero era la opción que más le gustaba.
¡Ya teníamos espacio para la fiesta de cumpleaños de Sara!
Preparación de la fiesta
Una vez que ya teníamos el espacio, nos pusimos manos a la obra con el diseño de la decoración.
Y nos encontramos con un pequeño problema.
Antonia, la dueña del karaoke, nos dijo que no estaba permitido poner nada en la pared.
Un candy bar siempre luce mucho más con un bonito fondo decorado.
¿Cómo podíamos solucionar esto?
Fácil.
Alquilaríamos un biombo.
El siguiente obstáculo con el que nos encontramos fue que las mesas eran todas redondas y pequeñas.
Son el tipo de mobiliario que suele haber en un karaoke.
Pero no era adecuado para nuestra mesa dulce.
Por tanto, también tendríamos que alquilar una mesa.
Una idea para darle más diversión al cumpleaños
Se me ocurrió una idea que sabía que iba a gustar mucho al grupo de adolescentes y se la propuse enseguida a Joanna.
¿Qué tal preparar un rincón con una cámara tipo polaroid para que las chicas se hagan fotos?
En una fiesta de cumpleaños salen fotos muy divertidas que recordamos para el resto de nuestra vida.
Así que propusimos preparar un rincón con lo siguiente:
- Cámara tipo polaroid
- Cartuchos para 40 fotos
- Libreta bonita para utilizar a modo de libro de firmas
- Pegamento para poder pegar las fotos
- Bolis para que las amigas de Sara escribieran dedicatorias al lado de las fotos en la libreta.
A Joanna le entusiasmó.
Cuando visitamos el espacio unos días antes del cumpleaños, vimos una mesa alta que quizá nos podía servir.
Pero era un poco más alta de lo que esperábamos y pensamos en alquilar un taburete que nos iba a venir genial para esto.
Ya teníamos la idea principal, la decoración para la fiesta y el candy bar.
Solo faltaba contactar con los proveedores adecuados.
Y teníamos muy claro quiénes iban a ser, sobretodo en el caso del mobiliario y las chuches para el candy bar: Dasler y Dolça Il·lusió.
Los 13 años de Sara
Y por fin llegó el gran día. La fecha elegida fue el sábado 17 de noviembre de 2018.
A las 18:45 llegamos al karaoke a Viva Voz de Aribau para montar la bonita mesa dulce que sabíamos que iba a encantar a Sara y a todos los presentes.
Para el biombo elegimos uno de madera claro.
Los colores elegidos por Sara fueron el rosa, azul claro y blanco.
Colocamos algunos abanicos color coral, un banderín con la frase “feliz cumple Sara” y una tira de luces en forma de mariposas blancas en el biombo.
Acto seguido montamos el candy bar.
Además de las chucherías, también pusimos filipinos.
Para los filipinos, construimos un expositor de madera que quedó la mar de chulo.
Es sencillo de hacer, aunque tiene su trabajo.
El toque de diseño final lo dio nuestra amiga Gabriela de Typo Estudio con el lettering.
Añadimos unos globos a la derecha del candy bar con forma de 1 y 3 para formar el 13: los años que cumple Sara
Le dimos un toque divertido a la mesa.
Y al lado montamos el rincón para la cámara polaroid y el libro de firmas.
Son las 19:15. Ya está listo todo, así …
¡QUE EMPIECE LA FIESTA!
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