El casco antiguo de Barcelona está formado, por así decirlo, por tres “sub-barrios”: el Raval, el Gótico y el Born.
La Rambla y la Via Laietana hacen de frontera. La Rambla separa el Raval y el Gótico, quedando el primero a la derecha (si vamos dirección al mar), y el segundo a la izquierda.
Si bajamos Via Laietana en dirección mar, el Gótico nos queda a la derecha y el Born a la izquierda.
Éste último es otro de los barrios más turísticos de Barcelona. Hasta no hace demasiados años, era casi desconocido, pero ahora se ha puesto muy de moda.
Es un lugar lleno de bares, tiendas y restaurantes con encanto, con un aire bohemio, artístico…Cualquier momento es ideal para perderse entre sus laberínticas calles.
Una de sus mayores atracciones es la impresionante iglesia de Santa María del Mar, la cual se hizo muy famosa a partir de la novela de Ildefonso Falcones “La Catedral del Mar”.
Hoy os vamos a contar 10 cosas sobre el Born. ¡Empezamos!
10 cosas sobre el Born
1. Se formó en la Edad Media
Cuando Barcelona era la colonia romana de Barcino, la ciudad ocupaba el área que va desde la Plaza de la Catedral en el norte hasta la Plaza Regomir en el sur y desde la Rambla en el oeste hasta la Plaça de l’Àngel en el este.
Justo en esta plaza estaba la Porta Principalis Sinistra, la puerta este de salida y entrada a la ciudad.
Afuera de la muralla sólo había tierra y campos. No estaba urbanizado.
Ya en la Edad Media, cuando la urbe se fue expandiendo, se empezó a urbanizar esta zona, la cual tomó gran importancia entre el siglo XII y el XV.
Muchos mercaderes, artesanos y familias nobles se instalaron aquí y se convirtió en el barrio más próspero de Barcelona.
Aún quedan algunos palacios de esa época, sobretodo en la Calle Montcada. Uno de ellos es el Palau Aguilar, sede del Museo Picasso.
2. Un lugar de justas y torneos medievales
La palabra “Born” se usaba en Cataluña, Baleares y el norte de la Comunidad Valenciana para designar el lugar donde se celebraban torneos y justas.
Precisamente el Paseo del Born era el lugar donde se hacían. Se celebraban muchas fiestas, bailes y mercados. Y era mucho más largo de lo que podemos ver hoy en día.
3. La calle más corta de la ciudad
En el post de hace unos días sobre 10 curiosidades de Barcelona, os hablábamos de la calle l’Anisadeta.
Pues bien, ésta es la calle más corta de la ciudad, con apenas poco más de dos metros.
Se encuentra en el barrio del Born, muy cerca de Santa María del Mar.
4. Oficios
Observaréis que muchas calles tienen nombres de oficios. Aquí se establecieron la mayoría de gremios de artesanos y por ello, las calles tienen el nombre de los artesanos que trabajaban aquí.
Estos nombres no se conservan desde la Edad Media, sino que se pusieron mucho después, entre el siglo XIX y el XX, pero sí que se ha intentado respetar las zonas reales de los cordeleros, orfebres, fabricantes de capuchas, etc.
5. Una iglesia muy antigua
Se trata de la Iglesia de Sant Pere, cuya construcción data del año 945. ¡¡Tiene más de 1.000 años!! Sin duda una de las iglesias más antiguas de Barcelona, por no decir la que más.
Obviamente ha sufrido diferente modificaciones y restauraciones a lo largo de los siglos, pero no deja de ser impresionante.
Se encuentra muy cerca de la Plaça Sant Pere. Cuando hayáis terminado de visitarla, podéis aprovechar para tomar una cerveza bien fresquita en alguna de sus terrazas.
6. Una de las calles más estrechas
Si el Carrer de l’Anisadeta es la calle más corta de Barcelona, el Carrer de les Mosques (la calle de las Moscas) es una de las más estrechas.
En su parte más estrecha mide tan solo 1,48 metros.
Hoy está cerrada al público, pues los vecinos se quejaron del comportamiento incívico de algunas personas que convirtieron esta calle en urinario público, pero podéis verla a través de las rejas.
El nombre viene porque aquí se guardaban antiguamente las mercancías sobrantes de los mercados, los despojos y la basura, lo que atraía a una enorme cantidad de moscas.
7. Reformas en el siglo XIX
En el siglo XVIII se llevaron a cabo numerosas reformas en Barcelona, tanto en el Barrio Gótico como en el Born, pero definitivamente fueron las de finales del siglo XIX y principios del XX, las que causaron más estragos.
Fue en esa época cuando se empezó a construir el barrio de l’Eixample y numerosas calles y edificios medievales de ambos barrios fueron destruidos y desaparecieron.
La Via Laietana es un claro ejemplo. Fue diseñada por Ildefons Cerdà en 1859 y las obras duraron de 1908 a 1913 para conectar el casco antiguo de Barcelona con el nuevo barrio de l’Eixample.
Causó la destrucción de casi 2.200 casas y afectó a más de 10.000 personas.
La calle Princesa es también de esa época.
8. Exorcismos
En el número 7 de la calle Mirallers hay un edificio en cuya 4ª planta se practicaron exorcismos desde el siglo XIV al XIX.
El encargado de hacerlo de 1890 a 1892 fue el ilustre Mosén Jacint Verdaguer.
Como ya sabéis, en esos siglos había una gran ignorancia, alto fervor religioso y mucha superstición.
Alguien que tuviera cualquier enfermedad mental, ya estaba poseída por el diablo. Y posiblemente aquellos que tenían ideas demasiado adelantadas para su tiempo.
Pero da miedito a la misma vez que fascinación imaginarse a una prima de la niña del exorcista haciendo de las suyas en esa casa.
9. Las Carassas
Os hablamos de ellas en el artículo de 10 cosas curiosas de Barcelona.
Hay varias repartidas por el Born, pero quizá una de las más famosas sea la que se encuentra en el número 10 de la calle Vigatans.
Indica que en ese lugar había un prostíbulo y tienen gracia porque algunas de ellas parecen estar en pleno éxtasis orgásmico.
Durante bastante tiempo la prostitución en Barcelona estuvo permitida, pues se pensaba que era bueno que los hombres pudieran desfogarse.
Temían que si se prohibía, los machos andaran por ahí descontrolados y sembrando el caos.
Las prostitutas pagaban impuestos al Consejo de Ciento, el organismo de gobierno de la ciudad, y estaban obligadas a pasar dos exámenes médicos al año.
10. Calle Pou de la Figuera: un lugar maldito
Barcelona nos enseña su cara más tenebrosa. Se trata de una leyenda urbana.
Cuentan que en el número 14 de la calle Pou de la Figuera había una barbería, justo al lado de un hostal.
Al igual que en la película de Jhonny Deep El Barbero diabólico de la calle Fleet, este hombre degollaba a sus clientes y los hacía caer por una trampilla que daba a un sótano.
En el sótano descuartizaba los cuerpos y preparaba un estofado, el cual tenía gran fama en la ciudad porque era delicioso.
No hay certeza de que esto pasara realmente, simplemente es una leyenda; un cuento para asustar a la gente.
Pero lo cierto es que no se volvió a construir nada en el número 14 de Pou de la Figuera.
¿Os ha gustado? Os invitamos a descubrir más con nuestra ruta por el Born.